¿Cómo los había amado Jesús? El mismo evangelio de Juan dice: los amó hasta el extremo. Anduvo con ellos, los educó, les perdonó sus torpezas, lavó sus pies, les comunicó todo lo que había en su corazón; dio la vida cada día y la dio hasta el final. Y ASÍ, y no de otra manera, les pide que amen.
Así es como todos aprendemos a amar: amamos como fuimos amados. Bien, mal, o a medias. Por eso los buenos amores nos sanan, porque nos posibilitan amar mejor, como si fuéramos incorporando en nuestras células la capacidad de ser más generosos, más benevolentes, más capaces de esperar.
Si Jesús me dijera en personal las palabras que dijo a sus amigos, creo que sonarían así:
En esto conocerán que eres mi amiga. En que ames a los otros como yo te he amado...
Con fuerza y ternura.
Con una enorme fidelidad.
Gratuitamente, sin cobros, sin expectativas.
Acogiéndote entera, sin juzgarte.
Sosteniéndote en tus noches.
Convocándote al Reino, confiando en ti. Esperándote.
Hablándote en tu idioma.
Lavando tus pies cansados.
En la fidelidad de la amistad, con la mirada compasiva y comprensiva de la alegre misericordia.
ASÍ, y no de otra manera, estoy invitada a amar.
Hoy lo pido, y lo celebro.
Clara Malo C. rscj
No hay comentarios:
Publicar un comentario