Te imagino diciéndoselo a Marta por la noche, después de esa jornada de malentendidos y carreras.
A ella, que puso tanto para que te sintieras a gusto. Que fue a la compra, imaginó el menú, limpió la casa. La que quedó agotada y con los pies hinchados.
Lo hizo por amor y tú lo sabías. Y seguro se puso un poco avergonzada cuando le dijiste aquello de que "María ha escogido la mejor parte". (Lc. 10, 42)
Por eso la llamaste al patio por la noche, y le dijiste algo parecido a un poema que se escribiría muchos años después:
Compañera, usted sabe, puede contar conmigo... Hagamos un trato - Mario Benedetti
Te quiero bien. Y no te pido nada más. Quisiera contar contigo, aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco... Pero (y esta es la clave, Marta), no para que acudas presurosa en mi auxilio. En esta amistad, lo único que de verdad me importa es que tú sepas que puedes contar conmigo.Y contó contigo, aunque no te apresuraras. Ahí estuviste el día del gran dolor, cuando murió Lázaro. Ahí estuviste, aunque llegaras tarde, y Marta contó contigo para soltar todos sus reclamos y su tristeza. Contó contigo para llorar juntos, y para que después abrieras sus ojos y la sorprendieras con la resurrección.
Y fue entonces cuando contaste con ella para que te mirara hondo, y te dijera desde su certeza más profunda: "Tú eres el Mesías, el hijo de Dios, el que había de venir al mundo". (Jn 11, 27)
Y abierta, reconciliada, resucitada, tomó otra vez la charola y se puso a servir. (Jn 12, 2)
Clara Malo C. rscj
Gracias por compartir el té. Un buen mensaje. Paz y bien.
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